Existe una gran inquietud por saber cuál es la manera más efectiva de criar, orientar y educar a los niños; la conducta rebelde es una de las dificultades más frecuentes y de difícil manejo para los padres.
Impartir autoridad y corregir las conductas equivocadas en los niños es todo un arte, existen maneras de castigar diferentes al castigo físico; como por ejemplo, que el niño pierda beneficios obtenidos o próximos a obtener (T.V. videojuegos, espacios recreativos, tiempo libre, con amigos, vacaciones, etc.) También puede según su edad asumir algunos oficios y labores del hogar
Todo castigo debe ser explicado por el padre y/o madre de familia, es importante que el niño o niña sepa por que razón está recibiendo un castigo. El proceso de corrección de una conducta o comportamiento equivocado debe cumplir algunos pasos básicos: 1. Intervención del padre y/o educador lo más pronto posible ante la presencia de una falta por parte del niño o niña. 2. Preguntarle el motivo que lo llevó a cometer la falta (puede que su falta no sea intencional o actúe de manera confusa). 3. Explicar al niño o niña sobre el “por qué” no debe hacer lo que hizo. 4. Tomar alguna acción correctiva acorde con la gravedad de la falta.
Para lograr lo anterior los padres de familia y cuidadores deben ser conscientes de la necesidad de prestar atención constante a sus hijos. El niño o niña debe tener claro que a sus padres no les gusta castigarlos, los padres y madres de familia deben esmerarse en comunicar su afecto hacia sus hijos y aclarar que las medidas correctivas que se tomen están en función formativa. De igual manera los niños deben tener un tiempo de soledad y reflexión, luego del cual debe ser retroalimentado por sus padres.
Existe una delgada línea entre el castigo físico formativo y el maltrato infantil; es un límite difuso que muchos adultos no pueden diferenciar. No se recomienda el castigo físico como opción para corregir comportamientos agresivos; pues, esta es en sí una forma agresiva de intervención, para que no suceda, deben ser agotados todos los recursos existentes y se debe aclarar que se puede convertir en situación de maltrato.
Todas aquellas figuras de autoridad y enseñanza deben ser fiel modelo a seguir; es el ejemplo, la mayor herramienta que facilita la manera de sugerir y orientar el comportamiento de nuestros hijos. Educar con ejemplo; los niños y niñas son el fiel reflejo de la familia a la cual pertenecen.
Es importante recalcar que el niño o niña debe aprender a asumir consecuencias de sus actos y las sanciones impartidos no deben ser cambiadas ni levantadas sin evidencia de aprendizaje. De igual manera los compromisos y acuerdos tanto de los padres como de los hijos deben ser cumplidos a cabalidad.
Finalmente, todos los padres y madres de familia al evaluar la manera en que están criando, orientando y educando a sus hijos deben encontrar en sus hijos el respeto; y no el temor de ser castigados.