Una de las primeras y principales sustancias a las que se ven expuestas los adolescentes e incluso niños, es el consumo de alcohol. Evitar esta latente situación es posible si se tienen en cuenta la importancia de generar un cambio al interior de las familias, iniciando por entender que el compartir en familia se puede y se debe realzar sin la presencia del consumo de alcohol dando prioridad a aquellas actividades familiares que promuevan la unión y hábitos sanos, como la práctica de un deporte, el incentivar a realizar actividades culturales o artísticas, viendo películas en familia, disfrutar de una comida y en general cualquier actividad que sea de agrado para toda la familia y en la que los niños, niñas y adolescentes, sientan un desarrollo pleno de sus habilidades y aptitudes. Si queremos prevenir el consumo temprano de alcohol es necesario recordar ser ejemplo y que desde ese mismo ejemplo se abran las posibilidades de actividades sanas que no solo beneficiaran a los hijos, sino también a los padres.